jueves, 25 de junio de 2020

Perfil de Personajes del Universo Steampunk 2011-507 - Parte #1 El Duque Pirata

Buenos días/tardes/noches, estimados lectores. Tal como mencionamos en la entrada anterior, les traemos los perfiles de historia de los personajes que conforman el universo creado por el Steampunk Squadron 507. En su mayoría, fueron creados en base a un breve sistema adaptado por José Miguel Andrade, (steam-lord), quien utilizando una breve experiencia en juegos de rol y la investigación acerca de como funciona el retrofuturismo en cuanto a la creación de personajes y las ideas aportadas por sus intérpretes (algunos siendo propiedad intelectual de ambos) a través este sistema: 

Pasos para crear un personaje:

1.       Crear un personaje con nacionalidad, profesión o estado social, ubicado entre los años 1837 y 1901 (época victoriana) con un vestuario acorde a lo antes mencionado.
2.      Basar su personaje en alguna categoría y afiliarse con alguna para trabajar en equipo.
3.      Leer las novelas (Duque Pirata/ Acero: incidente en el istmo) y complementar la creación de su personaje dentro del universo.
4.  Desarrollar una forma de actuar (acentos, modismos, carácter) y aplicarlo a pasarelas y presentaciones, ya que el Steampunk debe mostrarse como un movimiento de época y que transporte al espectador a una suerte de siglo 19 alterado.
5.      Se recomienda leer literatura del género, siendo la más importante “la Máquina Diferencial” de Gibson y Sterling. La saga Leviathan, Behemoth y Goliath de Scott Westerfield, y clásicos como los de Julio Verne y H.G. Wells y el triunvirato de la fantasía, creadores del genero como tal: K.W. Jeter, Tim Powers y James Blaylock (para más recomendaciones de libros, visita nuestro instagram, https://www.instagram.com/steampunksquadron507/?hl=es-la)



PERSONAJES
U-2011-507


Madame Zinerva della Arancia (Mecánica/alquimista)
Intérprete: secundario.
Novela: el Duque Pirata /Acero: incidente en el istmo.

Nació a mediados de 1820 al norte de Italia, hija de un mercenario y una joven campesina italiana, con quien se crio amparada por su abuelo ante la partida al año siguiente de su padre a las guerras de independencia griegas, de quien luego de este conflicto armado no se volvió a saber.
Ávida para las ciencias, a sus veinte años y luego de la muerte de su madre y abuelo decidió migrar a Roma. Trabajando duro en cafés y restaurantes pudo pagar sus estudios en química y metalúrgica con notas sobresalientes. Durante una jornada en un café conoció a un caballero llamado Vincenzo D´Annunzio, con quien luego de un largo romance contrajo matrimonio.
Con sus estudios concluidos se fue a vivir con su esposo a la toscana italiana, en donde al siguiente año dio a luz a Ekaterina, única hija del matrimonio. A los seis años de su hija conoció de la antigua logia de mecánicos, a la que se afilió luego de saber la membresía de su esposo y los talentos que poseía su hija con las máquinas.
Por medio de Vincenzo conoció a David de Labarca, un acaudalado e ingenioso caballero español y a su familia formada por su esposa e hijo.
Juntos realizaron estudios acerca de sistemas automáticos impulsados por vapor y electricidad proporcionada por minerales recién descubiertos. Luego de trabajar juntos por años, los Labarca fueron llamados a regresar a España a ser convertidos en duques y madame Zinerva salió de viaje a Francia, interesándose en la doctrina de espiritismo promovida por Allan Kardec. Estando allá recibió una carta de parte de su esposo indicándole que debía esconderse de la logia, misma que se dividió en una rivalidad que amenazaba a todos sus miembros. Contrario a los consejos de la carta volvió a la toscana, encontrando las ruinas de su antiguo hogar y ningún paradero conocido de su esposo e hija. Estando limitada de dinero, se escondió y usando sus conocimientos de espiritismo y ciencias ocultas trabajó bajo el nombre de “Madame Karenina” durante años hasta que el destino le hizo encontrarse con el duque Bastian Mercado de Labarca, hijo de su antiguo amigo y colega.
partir de ese momento se embarcaría con él en una aventura para recuperar al Reina Alicia, producto tangible de su trabajo. En este viaje logró reencontrarse con su hija y enterarse de que su esposo era el “archimaestre”, líder proclamado de la facción industrialista, causante del cisma en la logia.
 Con el Reina Alicia en poder del duque Bastian y cansada de lo que implicaba estar a bordo de aquella nave, siempre propensa a peligros y batallas con piratas y caza recompensas, adicional a la partida de su hija a Bélgica, se ofreció junto a esta última ante la propuesta de fraccionamiento del grupo y recibió una cuantiosa suma de dinero de parte del duque y con esto adquirió una modesta posada en la ciudad amurallada de Panamá, desde donde podría ofrecer un techo seguro y un contacto a cualquier aliado a la causa anti industrialista.


Vincenzo D´Annunzio (Logia)
Intérprete: secundario.
Novela: el Duque Pirata.

  Nacido en Italia, es el primogénito de los D´Annunzio; una acaudalada familia del sur de la Toscana cuya fortuna se debía a la importación de especias y telas desde el lejano oriente desde el siglo XVII. Realizó estudios de mecánica e hidráulica en Roma, demostrando un talento singular en el desarrollo y perfeccionamiento de maquinarias. A la edad de 25 años fue presentado por su padre a la secreta logia de los mecánicos, en donde fue escalando de forma vertiginosa hasta convertirse en uno de los ingenieros, concejales del gran maestre. Al verse estancado en el puesto aspiraba a convertirse en el sucesor electo, más el líder no observaba con buenos ojos su notable ambición. Buscando expandir sus conocimientos hacia el área de la hidráulica, volvió a Roma en donde por cosas del destino conoció a una joven Zinerva della Arancia, a quien convertiría en su esposa.
A pesar de poseer familia y amistades poderosas como lo eran los duques de Labarca, no dejaba de lado sus aspiraciones de convertirse en el gran maestre de la logia. Con la muerte de su padre y una creciente frustración debido a los conocimientos que a su parecer se escapaban de la orden con el auge de la revolución industrial, orquestó una conspiración dentro de la logia que acabó con el asesinato del gran maestre y un cisma entre sus miembros, quienes se dividieron en dos colocando al sucesor electo en el poder, mientras que los leales a la facción conspiradora llamada “industrialista” le colocaron en el puesto de archimaestre. Seguido por dos de los ingenieros, entre ellos el misterioso Wilhelm von Herzeleid; orquestó una ola de secuestros de científicos a lo largo y ancho de Europa y de forma posterior el robo del dirigible Reina Alicia junto con su tripulación y el duque David de Labarca.

Duque Bastian Mercado de Labarca (Noble/pirata)
Intérprete: José Miguel Andrade.
Novela: el Duque Pirata.

  Originario de Extremadura, España; es el primogénito de los duques de Labarca. Siendo su padre un ingeniero mecánico y un comerciante audaz propietario de la naviera Labarca, se vio orillado a tomar acciones drásticas luego de que varias naves de su flota mercante fuesen atacadas por los piratas aéreos. Con la corona española ignorando sus demandas, decidió llevar a cabo la renovación de una de sus naves llamada “Reina Alicia”, transformándola de un navío transporte de mercancías a un acorazado aéreo provisto de las últimas innovaciones armamentísticas de la época, todo conectado a un inédito sistema diferencial movido por vapor y electricidad a partir de un bastón. Embarcado en su nave como una carnada para los piratas, arrasó con decenas de tripulaciones hasta que una misteriosa organización secreta con orígenes en el reino de Prusia puso sus ojos en la nave contratando unos piratas que lograron hacerse con ella en una emboscada, siendo el duque Bastian el único en escapar llevándose consigo el bastón.
 Rescatado de las aguas tres días después por lady Hikari Elizabeth Chattoway Crane, una bella y talentosa joven que se vestía como chico para poder manejar máquinas debido a un inusual talento. Dada su deuda con ella, Bastian no tiene otro remedio que permitirle acompañarle a recuperar el dirigible recorriendo medio mundo y conociendo a otros quienes le apoyarían en su empresa, siendo la misteriosa madame Zinerva della Arancia quien les encaminaría hacia lo correcto.  Armado de una variopinta tripulación y con el apoyo de la capitana Sophia Withengard, invadiría la guarida de los industrialistas y rescataría al Reina Alicia iniciando una aventura en busca de su padre y la restauración de su nombre, manchado por calumnias de asesinato, locura y pillaje.


 José M. Andrade como duque Bastian Mercado de Labarca.    

Capitana Sophia Withengard (Noble/pirata)
Intérprete: Jenn Alessa.
Novela: el Duque Pirata.

  Hija de una esclava y un noble adolescente, es originaria de la colonia británica en las Bahamas. Luego de que su padre adoptivo las maltratara a ella y a su madre a tal grado de que acabó costándole la vida a esta última, vagó por la selva hasta que fue encontrada por la duquesa Evelin Daurian de Withengard, quien con cuidados le salvó de una muerte segura producto de la inanición y deshidratación.    
Adoptándola como una hija le llamó Alessandra Sophia Daurian duquesa de Withengard y le crio con buenos tratos y amor maternal convirtiéndola en una noble, mas no pudo hacerle olvidar su sufrimiento previo. Con la caída de una epidemia de cólera en la isla, la duquesa Evelyn apoyó a los pobres, cayendo presa de la enfermedad tiempo después y muriendo, dejando a Alessandra desamparada y a merced de los demás nobles de la isla quienes le discriminaban por su origen mestizo.
Esto último se saldría de control cuando la plantación de algodón y tabaco de la familia fuera arrasada por un incendio provocado dejándola en la ruina. Pobre, desolada y llena de rabia, combinó su sueño de navegar por el mundo con sus fantasías de pirata, para lo cual se documentó y después de gastar los últimos ingresos que le quedaban hizo construir a partir de una fragata propiedad de su familia el Madhëstor, un veloz y robusto dirigible con el que se dispuso a tomar venganza hacia los nobles y ricos comerciantes de la isla, en particular contra quien había quemado sus tierras. Resuelta como una temida pirata bajo el nombre de Sophia Withengard y haciendo de sus antiguas esclavas su leal tripulación, navega a través del mundo ayudando a quien lo necesite y combatiendo contra otros piratas que se atrevan a subestimarla.  


Jenn Alessa como cap. Sophia Whitengard


Wilhelm von Herzeleid (Logia)
Interprete: José Miguel Andrade.
Novela: el Duque Pirata /Acero: incidente en el istmo.

  Nacido en Prusia oriental, sus orígenes se hallan entre un antiguo linaje en la nobleza germánica. Conocido como un niño prodigio en las ciencias, distinguido en el área de hidráulica y gases; fue víctima de un accidente en su laboratorio a la edad de 21 años del cual resultó con las manos y el rostro quemado de forma grave, quedando desfigurado. Siendo un mayor impedimento para él su apariencia, se habituó al uso de una máscara y guantes de metal adicional a su afición por la ropa lujosa. Fue presentado ante la logia el mismo día que Vincenzo D´Annunzio y dada su sabiduría ascendió con rapidez al grado de ingeniero. No siendo menor en ambiciones y un profundo sentimiento nacionalista apoyó a este último en la conspiración para asesinar al gran maestre y en la posterior revuelta que acabó en la división de la organización.
Estando en igualdad a D’Annunzio como “archimaestre” manejó la mitad de la facción industrialista conformada en su mayoría por devotos nacionalistas prusianos e italianos siendo su principal misión el secuestro de científicos y la persecución del joven duque de Labarca a través de la difamación y los sobornos a funcionarios de la armada española en simpatía con la política del imperio Alemán. 



José Miguel Andrade como Wilhelm von Herzeleid


Lady Elizabeth Chattoway-Crane (Mecánica/pirata)
Intérprete: secundario.
Novela: el Duque Pirata.

De madre japonesa pudiente y padre inglés, es una joven intrépida con un raro talento que le permite descifrar el funcionamiento de cualquier máquina con solo mirar sus controles por unos instantes.
Siendo la primogénita de su familia y ante la ausencia recurrente de su padre, es sobreprotegida por su madre, pero esta siempre logra escapar para poder vivir aventuras, entre ellas manejar botes pesqueros en el puerto de Kyoto haciéndose pasar por un chico con un tosco y ancho vestuario, incluyendo una gorra en la que esconde su lacia cabellera. En una de sus escapadas en el bote de un anciano pescador de nombre Yamada, halló a un joven y mal herido duque Bastian Mercado de Labarca, a quien salva de las aguas y cuida hasta que recupera la conciencia. Este descubre su secreto en un accidente tonto, a lo que esta confiesa que lo hace para poder pilotar botes. Conociendo entonces la historia del duque, se empecina en seguirle con la ilusión de ser la capitana del Reina Alicia, volviéndose su compañera de viaje y posterior pareja.

Fei-Tzung (Espía/mercenaria)
Interprete: secundario.
  Novela: el Duque Pirata.
  
De origen exacto desconocido y una belleza muy rara para ser una oriental, es una valiente y sensual espía al servicio de la logia de los mecánicos en contra de las ambiciones de los industrialistas. Luego de revelar su infiltración en la organización antes mencionada a madame della Arancia, lady Hikari y el duque Bastian de Labarca durante una escaramuza en un bosque italiano, los guiaría a buen recaudo a la casa de lady Ekaterina, hija desaparecida de la madame y del archimaestre, cuya organización combatiría sin saber que se hallaba orquestada por su propio padre. A partir de los recursos de esta última, Fei Tzung les entrenaría y guiaría para el ataque a la fortaleza industrialista en los bosques prusianos, de donde conseguiría escapar con ellos a bordo del Reina Alicia, un moderno y adelantado acorazado de combate. Se sabría de ella por ultima vez luego de desembarcar en Hong Kong desde el Madhëstor, nave pirata propiedad de la capitana Sophia Withengard.

Para leer la novela "el Duque Pirata", visita la cuenta de Wattpad: https://www.wattpad.com/story/131110970-el-duque-pirata

Esperamos esta lectura sea de su completo agrado. En la siguiente entrada, los perfiles de los personajes de Acero: incidente en el istmo.

martes, 16 de junio de 2020

Maids & Butlers Steampunk Contest 2018

Buenos dias/tardes/noches. Un dia como hoy hace 2 años se llevó a cabo el Maids & Butlers Steampunk Contest, primera activación retrofuturista en Panamá. Trabajando en conjunto con nuestros amigos de Akiba K Day, combinamos la muy conocida temática de la servidumbre al estilo inglés, muy apreciada en tierras niponas con nuestro particular estilo, teniendo una amalgama de lo más variada e interesante. Este años nos hubiese encantado volver a presentar otra propuesta dado el éxito obtenido, pero por asuntos de la crisis sanitaria que se vive a nivel mundial todos los planes han tenido que congelarse hasta nuevo aviso. Les compartimos un video que hicimos para acerca de los pormenores de aquel gran dia, siendo tambien parte de la inauguracion de nuestro canal de YouTube. Esperamos sea de su completo agrado. 


viernes, 12 de junio de 2020

Acero: incidente en el istmo (extracto)


Buenos días/tardes, noches; estimados lectores. Se acerca el dia internacional del Steampunk y para celebrar volvemos con una nueva imagen y con la idea de revivir este blog, ya que es una plataforma muy útil para transmitir nuestras ideas. No hemos estado durmiendo en los laureles, en su lugar trabajamos duro para traerles el mejor contenido acerca de esto que nos apasiona y su movimiento en nuestro pais.
 De forma reciente nuestro escritor residente, José Miguel Andrade publicó por medio de la Espía de Historia su más reciente trabajo del tema Steampunk: Acero: incidente en el istmo. Esta fue una idea que estuvo en el tintero por años, siendo Alastair, el protagonista; su primer personaje retrofuturista.
 Sin más que decir, les dejamos este extracto esperando que puedan apoyarlo y adquirir su novela en formato digital, para así conocer como seria panamá en un universo Steampunk. 


V

 El Istmo


Las primeras luces del nuevo día hallaron al Anna Victoria en las proximidades del puerto de Manzanillo. Alastair y Alexandria se habían levantado casi al unísono unas horas antes y como buenos ejemplos de etiqueta se habían aseado y vestido, tenían su equipaje recogido y la habitación ordenada. Un sinnúmero de naves surcaba los cielos y los mares llegando o saliendo desde el puerto, cuya extensión se salía del rango de visión de los vigías estando algo entorpecida ya por la espesa bruma compuesta de humo, vapor y la neblina residual de la noche que se acumulaba en el ambiente. Acomodada ya en su muelle, los eficientes motores dieron su último resoplido antes de acabar la metalizada sinfonía que habían sostenido desde el puerto de la Habana.
Aquel astillero se mostraba tan vasto y abarrotado como el antes mencionado. Una innumerable y variopinta cantidad de naves tanto aéreas como marinas entorpecían la visión en ambos lados, todo desdibujado entre nubes de vapor y neblina. El resoplido de las máquinas se mezclaba con el bullicio de las gentes que abarrotaban la calzada entre pasajeros y carga que subían y bajaban de las naves en una suerte de caos controlado. Metidos en sus papeles de pareja y seguidos por un asistente, los Lawless pusieron los pies en tierra firme luego de atravesar la rampa junto con los demás pasajeros. Alastair levantó la mirada entrecerrando los ojos mientras estudiaba los alrededores y a los transeúntes.
—¿Buscas a alguien, querido?—preguntó Alexandria.
—A nuestro contacto en la ciudad—respondió sin bajar la mirada—. Ella será quien nos guíe hacia donde nos quedaremos mientras buscamos la tierra para nuestra nueva casa.
Observó durante algunos minutos más hasta que una expresión de afirmación se posó en su rostro.
—Ya nos ha encontrado.
La joven vestía un discreto y detallado traje de color gris con detalles en negro y un pequeño sombrero coronaba su descomplicado peinado. Al acercarse más, ambos pudieron distinguir la menudez de su estatura, más la seriedad de su suave rostro era enmarcada por unas notables lentes tintadas.
—Buenos días, Sres. Lawless—dijo deteniéndose con firmeza—. Bienvenidos a Colón. Mi nombre es Jessamine Kitchinham y seré su contacto aquí.
—Mucho gusto en conocerle—dijo Alexandria.
—Mucho gusto, Srta. Kitchinham—dijo Alastair.
—Por favor, sean tan amables de acompañarme.
Sin más que decir inició la marcha siendo seguida de cerca por ambos y el asistente con el equipaje. Se deslizaron con cuidado entre las gentes que se tropezaban unas con otras en un tortuoso andar, como si se tratase de peces atrapados por una estrecha red. Algunos minutos después de recorrer un sinnúmero de puestos y cardúmenes de personas, llegaron hasta el carruaje que aguardaba por ellos. El asistente subió las maletas al portaequipaje con la ayuda de los cocheros mientras Alastair asistió a ambas damas mientras se subían al carruaje.
El coche inició su marcha a través de la abarrotada calle, adentrándose en la ciudad. A medida que avanzaban podían ver un cambio gradual en las personas y sobre todo en las vestimentas, destacando los coloridos vestidos de las damas y no menos la elegancia y sobriedad de los atuendos de los caballeros. Numerosas banderolas y guirnaldas colgaban de los palcos de las casas y atravesaban por encima de la calle mostrando un durmiente estado de fiesta. Alexandria contemplaba con curiosidad las decoraciones a través de la ventana mientras el carruaje seguía su curso de forma expedita a través de la avenida.
—Esta semana se celebra otro aniversario de la nación—dijo Jessamine—. Qué bueno que llegaron temprano. Cuando empiezan los desfiles es imposible transitar por estas calles. Por cierto, Sr. Lawless, le tengo actualizaciones de los informes que envié para usted acerca del istmo.
—¿Han pasado más cosas?—preguntó frunciendo el ceño.
—Ni se imagina. A parte de las poblaciones perdidas, se ha reportado la aparición de un misterioso y por no decir más, grotesco bosque de lo que parecen ser hongos gigantes.
—¿Hongos gigantes?—preguntó Alexandria olvidándose del exterior.
—Así es. Nadie puede explicar cómo aparecieron. Así como la gente desapareció por la noche, ellos estaban allí por la mañana. Les han observado con prismáticos porque nadie se atreve a acercárseles. Dicen que son como del tamaño de una persona.
—Interesante—dijo Alastair con la mano en su barba—. ¿Nos llevará a la estación del tren? 
—Primero iremos al Hotel Washington. Allí espera por ustedes quien los acompañará a la ciudad amurallada.
La joven revisó en el maletín que tenía en la silla a su izquierda y separó unos papeles, entregándoselos a Alastair.
—Aquí está el resto del informe del que le hablé. Hay información fresca recién enviada del día de ayer para la Agencia. Espero poder recibir sus impresiones luego de que visite los campos y las poblaciones.
—Así será.
─Por cierto, en seis días a partir de hoy; tres ironclads llegarán por la costa del pacífico. Si no hay problemas con el clima, por supuesto.
El carruaje se detuvo en frente de las escalinatas del hotel. Uno de los cocheros procedió a abrir la puerta y ofrecerle su mano a la joven.
—Sra. Bellamira. Sr. Irving. Les deseo buena suerte en su misión—agregó antes de bajarse.
—Gracias—contestaron al unísono.
La joven adelantó unos pasos y cruzó miradas con una misteriosa dama que caminaba a la par de ella en dirección hacia el carruaje. La dama se apoyó en las manos del cochero y subió al carruaje, sentándose frente a la intrigada pareja. El cochero cerró la puerta y luego de situarse en su lugar inició la marcha, alejándose del hotel.
—Buenos días, Sres. Lawless—dijo con acento español—. Un gusto conocerlos. Mi nombre es Isabel de Galicia.
—Mucho gusto─ contestaron a destiempo.
─Disculpen mi extraña introducción. Tengo ciertas reservas con esta ciudad debido a asuntos personales, por tanto, no suelo andar por el área del puerto. Además, supuse que sería mejor que los recibiese alguien que hablase su mismo idioma.
─Pierda cuidado, Srta. de Galicia─ comentó Alastair─. Supongo que usted será quien nos guíe a la ciudad amurallada.
─Así es. Los llevaré además a la posada donde se quedarán mientras buscan las tierras que han de comprar para establecerse. Allí les espera todo el equipaje que enviaron con anticipación.
─¿Está usted a cargo de la posada?─preguntó Alexandria.
─No. La posada está bajo la tutela de madame Karenina. Yo solo soy una de sus asistentes. Ella es muy amiga del Sr. F, por tanto, les brindará todas las comodidades en sus posibilidades.
El carruaje se deslizó a través de las calles sin resistencia alguna, a pesar de que ya estaban intensificándose las actividades diarias de la ciudad. A lo lejos podía escucharse el resoplido de los trenes y el tintineo de sus campanas. Unos minutos más de recorrido precedieron a la llegada del carruaje a la estación del tren. La gran edificación se levantaba sobre sus cabezas como una especie de sinfonía de acero y cristal, teniendo muchas similitudes con su homóloga en la ciudad de Londres. El ambiente festivo también había acampado en su interior debido a las banderas y adornos que colgaban de los arcos y andenes, incluso de las locomotoras.
─Nuestro tren está en el andén número diez─ comentó Isabel mirando los boletos─. Viajaremos en primera clase.
─Un regalo por parte del Sr. F, supongo. Es un caballero tan gentil…─afirmó Alexandria dejando escapar un breve suspiro con una sonrisa.
Con el equipaje etiquetado y colocado en el vagón de carga, los tres se dispusieron en sus cómodos puestos en el espacioso y lujoso vagón de primera clase. Unos minutos después los maquinistas aceitaron las vías y de un resoplido la poderosa bestia mecánica inició su marcha sobre las vías. A medida que se iban alejando de la estación y la ciudad, los saturados cielos fueron quedando atrás, dando paso a un radiante sol tropical que coronaba un resplandeciente cielo azul. En poco tiempo la locomotora alcanzó su velocidad ideal y se deslizaba sin mayor resistencia sobre las líneas férreas mientras se adentraba en la espesura de la selva.
─Podría acostumbrarme a la primera clase─ dijo Isabel acomodándose en el sillón─. Lo bueno es que habrá tiempo para disfrutarla. Llegaremos una o dos horas después del mediodía a la estación en Panamá.
La sinuosidad de las vías se fue pronunciando y en poco tiempo la mezcla de verdes claros y oscuros del bosque dieron paso al azul reflejo de un vasto horizonte de agua que abarcaba la visión a ambos lados de la vía, misma que ahora se extendía por un sólido puente.
─Este debe ser el lago Gatún─ afirmó Alastair.
─En efecto─ dijo Isabel.
─Es bellísimo. Cualquiera que lo ve creería que es un mar─ comentó Alexandria.
─Si ha escuchado hablar del mito de la Atlántida, aquí tenemos una representación hecha por el hombre. Bajo estas aguas quedaron varios poblados, algunos contemporáneos con la construcción del ferrocarril y otros tan viejos como Jamestown.
─Así que conoce de él, Sr. Irving─ comentó Isabel.
─He leído algo. Este enorme reservorio de agua es crucial para el funcionamiento de la vía interoceánica. Adicional a eso, es la presa más grande del mundo jamás construida.
─Tuvieron que mover las vías del tren, incluso. Aún puedo recordar la vieja ruta. Pantanos, selvas y más pantanos. Ahora es un espectáculo sublime ver tanta agua junta en un mismo lugar.
El ferrocarril atravesó el tramo y tocó tierra en la primera isla, deteniéndose de forma momentánea en Monte Lario. Algunos minutos después la marcha continuó a través de un tramo acuático más corto al anterior. Luego de tocar tierra la oscuridad se hizo al atravesar la montaña a través de un túnel y luego a un paso que bordeaba el lago y la selva en una especie de callejón entre la vorágine. Luego de una nueva parada en la población de Frijoles y otro breve trayecto sobre las aguas, el tren afianzó su marcha como haciendo saber que no habría más paradas en un buen trayecto. El convoy se deslizó sobre las líneas férreas con una facilidad impresionante, tanto que hacía difícil creer que costase tantas vidas colocar cada metro de vía. Permitió por última vez a sus pasajeros observar un lado más angosto del cuerpo de agua al cruzar sobre el último puente antes de visualizar las cumbres de Culebra y el próximo poblado conocido como Bas Obispo. Para sorpresa de los Lawless, el tren no hizo la parada debida en el lugar.
Alastair se asomó por la ventana y pudo visualizar en la distancia el pueblo, pero no vio a nadie en la zona. Podría explicarse que sus habitantes se hallaban en las obras, más por el informe sabía que esta era una de las primeras poblaciones que fueron víctima de las desapariciones en masa. La siguiente parada fue Las Cascadas, que mostró la misma situación de la población anterior. Al llegar a Emperador las cosas se mostraron diferentes, dado el bullicio de las personas y la visión de las enormes y poderosas maquinarias de excavación. A este le siguió Culebra. A partir de este trayecto se pudo observar los trabajos en todo su esplendor. El ensordecedor sonido de los resoplidos de las máquinas, se combinaba con el sonido de los picos y palas; las rocas que se apilaban en vagones y eran retiradas a través de vías férreas, puestas para sacar los enormes volúmenes de escombros hacia los lejanos vertederos. A lo lejos podían oírse y verse las explosiones y los cascajos en los que se convertían las macizas y en apariencia inexpugnables rocas.
Con una velocidad moderada el tren continuó su marcha atravesando las obras, permitiéndoles ver con detalle tal demostración de voluntad. La baronesa observaba maravillada junto a Isabel a través de su ventana, mientras el inspector meditaba acerca de lo que había visto en las poblaciones anteriores. Los franceses lograron ocultar con eficiencia la situación ante los ojos de los transeúntes, pero estaba seguro de que cuando pudiera poner los pies sobre la tierra en la ciudad, no tardaría en encontrar los rumores que darían las pistas necesarias para develar el misterio.
Las paradas de Pedro Miguel y Paraíso dieron lugar a un nuevo trayecto marítimo que bordeaba el lago Miraflores, que terminaba justo en el pueblo del mismo nombre. Desde allí pudieron contemplar los trabajos de construcción de las esclusas. Las enormes palas se codeaban con unas no menos monumentales bombas de concreto que vertían el material como si se tratase de agua. Con los trabajos más avanzados que en la zona anterior, la visión fue breve pero no menos magnífica.
Alejados ya de las zonas de construcción, la siguiente parada fue la población de Corozal.
─Esta es la última parada antes de llegar a la estación de Panamá y por consiguiente a la ciudad─ comentó Isabel con una sonrisa.
Terminado el desembarque, el ferrocarril volvió a su andar permitiéndoles ver a la distancia un amplio canal excavado en dirección hacia la esclusa. Observaron a la distancia un brazo de mar que reposaba estancado por un dique y a lo lejos las altas murallas de la ciudad. Alastair revisó su reloj de bolsillo y constató que eran las dos de la tarde con veinte minutos.
La pesada y poderosa bestia mecánica fue aminorando su marcha a medida que se iba acercando a la estación de Panamá. Gemela en sus formas a la de Colón, ésta se hallaba sumergida en el bullicio de las gentes, dejándose respirar un espeso aire festivo. Detenida en su totalidad, la locomotora dejó escapar un último y fiero resoplido de vapor anunciando su llegada triunfal. En seguida los pasajeros comenzaron el descenso y los asistentes a buscar sus equipajes.
Isabel y los Lawless estuvieron listos para movilizarse en cuestión de minutos, atravesando los atestados corredores que salían de los andenes. Las banderas y los sonidos de fiesta se perfilaban como un mar que parecía querer ahogar a los visitantes. Una vez en la calle, un nuevo carruaje llegó justo a tiempo para recogerlos y al instante estuvieron en dirección hacia la ciudad.
Al alejarse de la estación contemplaron el embarcadero de Playa Prieta y la Ciénaga, un misterioso y precario caserío que hacía un contraste inmediato con las monumentales y blanquecinas murallas de la ciudad de Panamá.
Construidas luego de la invasión y destrucción por fuego del antiguo asentamiento, la nueva ciudad fue diseñada y construida como un inexpugnable bastión similar a los castillos medievales, pero con la magnitud de un reino de cuento y modernizada a las exigencias de los siglos posteriores.
El camino se sumergió a través de caseríos compuestos de manera principal por casas de madera, que eran separadas por oscuros y angostos zaguanes que parecían perderse como tímidos vástagos de la carretera principal. Puestos de fruta, verduras, pescados y otros insumos abarrotaban los lados de la vía, dejándoles ver el nivel de humildad de sus habitantes.
El carruaje dio un giro y accedió por una avenida que contrastaba con lo anterior, ahora rodeada de amplios y vistosos edificios de madera de dos pisos de aspecto francés.
─¿Qué es este lugar?―preguntó Alexandria mirando con curiosidad por la ventana.
―Este es el arrabal―contestó Isabel―. Es el sector exterior de la ciudad, una suerte de expansión o etapa nueva de la ciudad amurallada.
―Aquí quedaron los descendientes de los trabajadores del ferrocarril, en su mayoría inmigrantes―agregó Alastair.
―Luce tranquilo de día, pero cuando cae la noche se convierte en un lugar donde ocurren cosas inimaginables y posibles gracias al alcohol, el opio y otras sustancias. Muchos habitantes de intramuros vienen aquí y se pierden entre los callejones en busca de prostitutas y juegos de azar, pero si los agarra la noche deberán buscar la manera de sobrevivir hasta la mañana siguiente.
―¿Y eso por qué?
 La avenida dio paso a un amplio y baldío terreno que se extendía a lo largo a ambos lados del camino. El carruaje cruzó el puente y se detuvo, permitiéndole avistar la gran puerta de la ciudad. Mientras los conductores mostraban sus credenciales a los guardias, la baronesa pudo contemplar con maravilla los alrededores y lo que se cernía a sobre sus cabezas.
Una profunda y en apariencia descuidada trinchera se extendía a lo largo del solar por la orilla del muro, cruzada solo por un puente con el ancho de dos carruajes. Frente a ellos se levantaba un gran arco de piedra adornado por ambos lados de dos pares de columnas empotradas en la pared que a su vez sostenían una cubierta de dos aguas, sobre cuya punta se cernía un campanario. Debajo estaba sujeta por un sinnúmero de cables la gran puerta, que era una suerte de pared con unos dientes de acero en el extremo que descansaba maciza y recostada a la parte superior del muro. Esta era elevada a tal altura gracias a unos potentísimos motores de locomotora que la levantaban y hacían de contrapeso para mantenerla alzada.
―Esa es la puerta de tierra. Es alzada a las seis de la mañana y bajada a las seis de la tarde todos los días. Minutos antes hacen sonar la campana para avisar que está por moverse. Una vez en movimiento no hay poder humano que la detenga. Aquel ciudadano de intramuros que se arriesgue a quedarse afuera… será mejor que tenga a la providencia muy de su parte―dijo Isabel―. Espero que ustedes, siendo una pareja de bien, calculen con frialdad sus movimientos fuera de la muralla.
―Por supuesto―comentó Alexandria mirando con picardía a Alastair.
El conductor del coche sacudió las riendas y los caballos reanudaron la marcha hacia el interior de la ciudad. A medida que se alejaban de la gran puerta fueron notando en seguida el cambio en el paisaje. Altas y elegantes casas de diseño colonial se alzaban a ambos lados de la calle, cuyo empedrado se extendía de manera uniforme en una suerte de dos vías. Desde las aceras se levantaban elegantes postes, que finalizaban en unas finas lámparas de vidrio enmarcadas por elegantes formas de metal. Las gentes caminaban mostrando lujosos atuendos y coloridos vestidos que dejaban ver la clase y alcurnia de personas que formaban parte de la sonada clase de intramuros.
―Unas calles más y llegaremos a la posada de madame Karenina.
―Qué bueno es saberlo… muero por estirar las piernas―dijo Alexandria―. Imagino que tú también, querido.

―En definitivo. Ha sido muy largo este viaje. 

continuará...

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miércoles, 10 de junio de 2020

Stempunk en Panamá - Documental por Bootleg Dog

Buenos días/tardes/noches a todos, estimados lectores. Si bien es cierto no hemos tenido mucha actividad en el blog hace años, a lo cual debemos responder que hemos tenido severos problemas dentro de nuestra organización, lo cual nos obligó a realizar una división y a renovar a nuestros integrantes por unos con mas interés y verdadero amor por esto llamado Steampunk.
8 años han pasado desde que un grupo de artistas visionarios se reunió para abrir la puerta a este maravilloso y complejo universo llamado Steampunk, Siendo ellos Thais Martínez, José Miguel Andrade, Carolina Soto, Franco Holness Evans y Mauro Ávila. 
Para conmemorar nuestra persistencia a pesar de las altas y bajas, decidimos crear este documental para compartir con todos ustedes nuestra historia. Empezando por un breve recuento histórico acerca de las raíces del movimiento a nivel mundial, la activación en panamá, su llegada a la madurez y solidez, presentamos a través de entrevistas, sesiones de fotos y pasarelas, adicionando contenido sobre el Maids & Butlers Steampunk Contest 2018, primer evento de temática retrofuturista en panamá y una entrevista inédita con Thais Martínez, quien vuelve a la acción luego de años en retiro, todo un vistazo de nuestro trabajo desde la lente de Bootleg Dog... Esperamos sea de su completo agrado!




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